Había una vez una familia que buscaba un lugar donde el tiempo transcurriera sin prisas, entre el murmullo de las olas y el calor de la brisa tropical. Querían un espacio que fuera tanto refugio como punto de encuentro, un lugar para descansar, crear recuerdos y celebrar la vida juntos.

Así nació este townhouse, diseñado para equilibrar la tranquilidad y el dinamismo de una gran familia. La luz natural atraviesa cada rincón, mientras las texturas orgánicas y los tonos neutros invitan a la calma. La sala es el corazón del hogar, perfecta para tardes familiares y conversaciones interminables.